Desde el momento que internet dejó su papel de ser una herramienta de comunicación de uso exclusivo para entidades científicas y pasó a ser explotada comercialmente dio paso al surgimiento de nuevas tecnologías que contribuyeron a que usuarios comunes y corrientes tuviésemos la oportunidad de ver paso a paso todos los beneficios que esta herramienta proporciona.
A finales del siglo pasado, estos beneficios empezaron a cambiar el comportamiento de los consumidores, generando un perfil de consumidor más dinámico, fascinado por la inmediatez de conocer sobre temas y noticias de actualidad, y dispuesto a compartir la información con sus grupos de referencia más cercanos.
Vemos así que al evolucionar las tecnologías de la información, disciplinas como la mercadotecnia tuvieron que adaptarse para poder cumplir con sus objetivos más básicos de creación de marca y posicionamiento en la mente del consumidor.
Desde los inicios, con la sociedad 1.0, donde solamente se podía tener acceso a documentos estilo “brochure”, con cero interactividad y/o actualización sistemática de contenidos, se evolucionó a la sociedad 2.0, que dio principalmente el beneficio de compartir la información, dando como consecuencia el surgimiento y la proliferación de redes sociales, blogs, páginas web y otros medios, que tienen como fin común el “compartir” el conocimiento que hemos adquirido. Sin embargo, como dice el refrán “demasiada información es desinformación”; y al igual que sucedió con otros medios como la radio y la televisión en su momento de propagación, la proliferación en exceso de información (sobre todo aquella proveniente de fuentes no comprobables o fiables); complicó el proceso para que el consumidor pudiera formarse una opinión sólida sobre algunas marcas, productos o servicios. La publicidad, al igual que la mercadotecnia también se adaptó a las nuevas tendencias y empezó a inundar los canales disponibles para llegar a los consumidores, quienes en su momento nos sentimos bombardeados con invasivos pop-ups, anuncios y banners que “no habíamos pedido, ni queríamos ver”. Era necesario entonces la invención del “control remoto” para poder también hacer “zapping” digitalmente.
Surgió así la sociedad 3.0, una sociedad interactiva, informada, que está relacionada y comparte sus conocimientos. Una sociedad con más fortaleza y experiencia para poder concentrar sus esfuerzos en encontrar un criterio de búsqueda de información más selectivo y sobre todo “personalizado”. Hoy día, el marketing de permiso es imperante para que una empresa, producto o servicio pueda ser aceptado por el consumidor. Los tiempos de spam, envíos masivos y publicidad no solicitada quedaron atrás; y los consumidores son enfáticos en que se respete su privacidad y su derecho a elegir qué tipo de información desean recibir, cuando y donde. El trabajo de las marcas debe ser el de exponerse (awareness) y brindar los elementos de juicio necesarios para que el consumidor pueda dar el paso siguiente que es el de “aceptar” seguir a dicha marca y permitirle de forma voluntaria el envío de información sobre sus productos o servicios.
El Perfil del usuario de Internet Actual
Alrededor del mundo, los perfiles de consumidores de internet pueden variar cuando hablamos de analizar resultados de las variables incluidas en los estudios de investigación. De cualquier forma, existen variables comunes que podríamos considerar si queremos obtener un pantallazo general del perfil del usuario de internet.
De los estudios leídos a modo general, el perfil de los usuarios actuales de internet está definido así:
Tendencias
Luego de avanzar una década en el siglo 21, la tecnología sigue su curso. Sin embargo, a través de los años, las marcas y productos han cometido errores que están dispuestos a subsanar en los años venideros, asimismo las prácticas realizadas en esta primera década nos permite poder establecer algunas tendencias que pueden seguir repuntando durante los próximos años, de modo que para quienes están iniciando o aún trabajan en la labor de marketing, deberían tener el cuenta lo siguiente:
El apellido digital
Con todos estos cambios, tendencias y movimientos tecnológicos, no podemos dejar por fuera un tema muy importante: el derecho de propiedad intelectual. Desde siempre, el plagio ha estado a vuelta de esquina. Personas con poca capacidad creativa buscan sobresalir utilizando de forma literal, como si fueran sus creaciones, elementos creados por terceros, sin resarcir o reconocer nada a cambio.
Con el desarrollo de la era digital y la creación de “la nube”, se ha tergiversado todo el tema de propiedad intelectual bajo el concepto de que todo lo que está en internet puede ser utilizado a capricho y voluntad de quien lo encontró, solamente porque lleva el apellido “digital”. No hay afirmación más falsa y fuera de contexto que esa. Toda creación escrita, auditiva, visual o audio-visual está amparada bajo una protección legal de derechos de autor, que ampara al creador de dicha pieza creativa y no cambia con la implementación de nuevas tecnologías.
Personas que incursionan en la creación de páginas web, blogs, o páginas en redes sociales, cometen frecuentemente el grave error de plagiar textos, fotografías, videos o audios que pertenecen legalmente a otras personas. Para contrarrestar esto, en su momento el gigante de los buscadores (Google) inició hace un par de años y ha mantenido, una campaña de penalización en “ranking” a aquellos sitios cuya reputación no sea muy transparente, aún cuando tengan alto tráfico de visitantes, lo cual es excelente.
En una opinión muy nuestra siempre hemos mantenido que si queremos entrar a jugar en las grandes ligas del beisbol, al menos debes saber agarrar un bate y tratar de pegarle a la pelota. Así que, si tenemos en mente desarrollar un blog, página o sitio web; no hay oportunidad mejor para exponer nuestra creatividad intelectual, tanto en escritura como en lo visual, diseñando y tomando tus propias fotografías y estableciendo esa personalidad de marca única que te ayudará a resaltar de “la masa” de productos y marcas que existe en la nube, y para lograr eso tienes que aprender primero cómo hacerlo. En la actualidad, existen muchos cursos a costos razonables que ayudan a principiantes a tener noción de cómo proceder a incursionar de forma adecuada en el marketing digital, promocionando sus creaciones, productos o servicios de forma original.
Para cerrar, siempre recuerda esto: Crea, innova, desarrolla son tres palabras clave para tener éxito cuando estás jugando a ganar en el mundo “digital”.